La Edad Media y la Llegada de los Hohenzollern
La primera mención de Potsdam (Poztupimi – "Bajo los robles") data del 3 de julio de 993 y hace referencia a una donación hecha por el emperador Otón III a su tía, la madre Matilde de Quedlinburg. En realidad, fue una donación sin mucho valor ya que, entre 928 y 1157, se impuso otra vez la población eslava en el territorio al Este del río Elba – la Marca del Norte conquistada bajo los reyes sajones Enrique I (913-936) y Otón I (936-973).
Alberto I, “el Oso” (1136-70), de la casa de Ascania, consigue establecer definitivamente, en 1157, la Marca de Brandeburgo. Potsdam, cuyo núcleo medieval se sitúa entre el emplazamiento del castillo y de la iglesia de San Nicolás, es cristianizado y se convierte en ciudad en 1345. En Brandeburgo se suceden varias dinastías – a la de Ascania le siguen la de Wittelsbach (Baviera) y la de Luxemburgo – hasta que, en 1415, Federico I, burgrave de Núremberg (1417-40) es nombrado margrave y príncipe elector de Brandeburgo por el emperador Segismundo I. Con ello comienza la soberanía de la casa de Hohenzollern que duraría 500 años. A partir de 1417, Berlín es la capital del electorado. Mientras tanto, Potsdam sigue siendo un pueblo de pescadores. En 1539, bajo el príncipe elector Joaquín II (1535-71), Brandeburgo se convierte al protestantismo. Su antecesor, un católico empedernido, aun calif
có a Lutero de “demonio de Wittenberg”. Es también Joaquín II que manda reconstruir la villa de Potsdam tras dos graves incendios en 1536 y 1550. Por desgracia, estallaría una guerra devastadora en 1618...
La Reconstrucción tras la Guerra de los Treinta Años
Después de 30 años de guerra, Potsdam, Berlín y otras ciudades de la región están en ruinas. Brandeburgo es uno de los países más pobres del Santo Imperio Romano Germánico. La población de Potsdam queda reducida a 700 habitantes (16.000 soldados suecos asolaron la ciudad); en todo el territorio de Brandeburgo y Prusia las pérdidas humanas se cifran entre 50 y 90% !
Federico Guillermo I, conocido como “el Gran Príncipe Elector” (1640-88), lleva a cabo la difícil tarea de la reconstrucción. El modelo absolutista francés le inspira a la hora de reorganizar su estado – que pronto entraría en competición con los grandes reinos europeos. El Gran Elector elige Potsdam como segunda capital y hace construir un palacio en lugar del modesto pabellón de caza anterior. Siguiendo el consejo de su amigo Juan Mauricio de Nassau, convierte el paisaje de lagos y montes en una comarca modélica.
Otro capítulo importante en la historia de Prusia empieza con el Gran Elector. El día 8 de noviembre de 1685 llega a Potsdam la noticia de la revocación del edicto de Nantes por Luis XIV – que significa el fin de la tolerancia religiosa en Francia. El elector otorga entonces el edicto de tolerancia, llamado “de Potsdam”, con el cual invita a los hugonotes amenazados a asentarse en Prusia, concediéndoles numerosos privilegios. Fue una política de repoblación de “alta gama” para un país devastado. Los protestantes franceses trajeron industrias artesanales nuevas, como la seda, y verduras, como el guisante, la col de Bruselas y el espárrago – hoy, famosa especialidad de la tierra. En 1670, también fueron acogidas 50 familias judías expulsadas de Viena; más tarde, otras minorías perseguidas seguirían.
1701-1786: El siglo esplendoroso
En la época barroca hubo cuatro soberanos importantes en Prusia: Tras el Gran Elector, Federico I (o III, 1688-1713), Federico Guillermo I (el Rey Sargento, 1713-40) y Federico II, llamado “el Grande” (1740-86).
El hijo del Gran Elector, Federico III, hereda un país preparado para afrontar un nuevo siglo. Pronto decide que ya le conviene ser rey. El Emperador Leopoldo I está dispuesto a dar su consentimiento, con la condición de que el título real se refiera solamente a la parte de Prusia que no forma parte de su imperio. Federico viaja entonces a Königsberg, situado en el litoral báltico para coronarse rey “en” Prusia (sólo a partir de 1772 se podrán llamar reyes “de” Prusia). En Potsdam, continua con la obra de su padre, fortaleciendo el papel de la ciudad. Apoya la integración de la colonia hugonote que se sitúa cerca de la actual Hebbelstraße y añade la puerta de Fortuna al palacio. La vida en su corte es fastuosa, lo que cambia cuando su hijo Federico Guillermo I le sucede al trono.
Éste es un déspota austero y estricto al que llaman el Rey Sargento porque siempre viste uniforme. En primer lugar, se dedica a potenciar el ejército, impulsando así el desarrollo de Potsdam. Pues un mayor número de soldados (se duplica, llegando a 80.000) supone un mayor número de habitantes. En Potsdam se realizan dos ensanches, incluido el barrio holandés. Se convierte en ciudad de guarnición, amurallada para impedir deserciones. La afición personal del Rey Sargento que gasta hasta 80% de los recursos en lo militar es la Guardia de Potsdam – unidad “de élite” en cuyas filas no hay ningún soldado que mida menos de 1,88 metros.
A diferencia de su padre, Federico el Grande fue un “déspota ilustrado” que apreciaba la música y la filosofía. Voltaire que vivió uno años en su corte dijo que bajo su reinado “Esparta se convirtió en el Atenas resplandeciente”. Desde que subió al trono Federico proyectaba muchas construcciones. En Potsdam empezó con el palacio de Sanssouci, realizado por Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff. La terraza de esta “mansión del viñedo” siempre fue su lugar preferido donde quiso que le enterraran, después de haber vivido y muerto somo un filósofo. Tras triunfar sobre los austríacos en la Guerra de los Siete Años, Federico mandó construir el Nuevo Palacio con 200 piezas y los “Communs” con las cocinas y dependencias para la servidumbre. Por supuesto, los jardines y palacios son de visita obligatoria. La visita guiada puede ser con audios
(sólo en el palacio de Sanssouci) o con un guía de la Fundación SPSG (o haga clic aquí).
1787-1918: De Prusia al Imperio Alemán
Los siguientes soberanos fueron: Federico Guillermo II (el sobrino de F. el Grande / 1786-97), Federico Guillermo III (casado con la Reina Luisa/ 1797-1840), Federico Guillermo IV (1840-1861) y el hermano de éste, Guillermo I (1861-1888, emperador alemán a partir de 1871, muere al los 91 años), Federico III (99 días en 1888) y su hijo Guillermo II (1888-1918, abdicación).
Tras el episodio de la ocupación francesa bajo Napoleón, la ciudad sólo vuelve a crecer cuando se inicia la industrialización. También en el siglo XIX Potsdam cumple con su papel representativo, y cada príncipe o rey de Prusia hace construir un palacete en la ciudad o sus alrededores (la fundación SPSG administra 30 palacios en la región). La burguesía berlinesa descubre la ciudad y se edifican mansiones opulentas en los arrabales, contribuyendo así al conjunto arquitectónico de Potsdam. En 1838, se inaugura la primera línea ferroviaria de Prusia – entre Berlín y Potsdam.
El capítulo de los Hohenzollern se cierra con el emperador Guillermo II que pasó temporadas en el Palacio Nuevo y encargo la construcción del palacio de Cecilienhof para su hijo y supuesto sucesor. Sin embargo, el “Kaiser” abdicó al final de la Primera Guerra Mundial, el día 9 de noviembre de 1918, y se fue al exilio a Holanda.
Segunda Guerra Mundial – División Alemana – de 1989 a hoy
El día 21 de marzo de 1933, Joseph Goebbels escenificó el “Día de Potsdam”, en el intento de crear un vínculo entre los nacionalsocialistas y la tradición militar prusiana. Se celebró una ceremonia, con el presidente del “Reich” Paul von Hindenburg como personaje central, en la iglesia de guarnición donde se encontraban las tumbas del rey sargento y de Federico el Grande. Dos días más tarde, Hitler estableció la dictadura ya definitivamente, despojando el parlamento de todo poder mediante la “ley habilitante”. En una mansión del barrio berlinés de Wannsee, cerca de Potsdam, tuvo lugar, el 20 de enero de 1942, la conferencia en la que los nazis acordaron las medidas de exterminio contra los judíos. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, los aliados se reunieron en verano del 45 en Cecilienhof.
Allí se celebró la conferencia de Potsdam para decidir sobre el futuro de Europa.
Aunque una gran parte del casco antiguo de Potsdam fue gravemente afectado por los bombardeos del 14 de abril de 1945 (en 20 minutos lanzaron 1.750 toneladas de explosivos sobre la ciudad – 200 años después de la inauguración de Sanssouci), los ensanches de la época barroca apenas sufrieron daño. Por desgracia, los dirigentes de la RDA tuvieron poco aprecio por algunos monumentos prusianos. Así, los restos del palacio (Stadtschloss) y de la iglesia de la guarnición fueron dinamitados.
En las décadas de posguerra, se fue desmoronando el patrimonio arquitectónico (el “paisaje cultural” de Potsdam fue incluido en la lista de la UNESCO en 1990). No fue hasta el cambio político que se iniciara la rehabilitación que iba a dar lugar un auténtico boom. Este queda bien reflejado en el número de habitantes: 142.000 en 1989, 127.600 en 1999 (pérdida a causa de la reunificación alemana), y 150.000 en 2008 (167.505: 31.12.2015). Hoy, Potsdam está restaurada en su mayor parte. Es capital del Land (Estado federado) de Brandeburgo – y una ciudad verde con una calidad de vida envidiable.
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