El documento que da fé de la donación, hecha por parte de Rodolfo II de Borgoña a su esposa: "e dono ei novum castellum, regalissiman sedem, cum servis et ancillis et omnibus appendiciis suis"
El nombre de la ciudad pasa por las formas Nuefchastel (en 1251), Neufchastel (1338) y Neufchâtel (fin siglo XVII) hasta quedarse en Neuchâtel, nombre actual, en la primera mitad del siglo XVIII. La ciudad francófona, situada cerca de la frontera lingüística germana, tiene también un nombre alemán, “Neuenburg”, que se usa ya desde la Edad Media.
1033-1395 - La Maison de Neuchâtel
/ La Casa de Neuchâtel
Un año tras la muerte de Rodolfo III, el Reino de Arlés es integrado en el Sacro Imperio Romano Germánico. En Neuchâtel, una familia noble, los Fenis, se asientan en el castillo, abandonado por sus propietarios, y al poco tiempo adoptan el nombre del lugar como propio, fundando así la casa de los Neuchâtel. El personaje más ilustre y aventurero de esta familia fue el Conde Luis (1305-1373) que participó en varias guerras del siglo XIV y encargó el cenotafio de la Colegiata.
1395-1707:
Los Zähringer, los Margraves de Hochberg y la Casa de los Orléans-Longueville
Al final del siglo XIV, el condado de Neuchâtel pasó a ser propiedad de los Zähringer, de Friburgo en Brisgovia, durante media siglo, después de los margraves de Hochberg (1458-1504), hasta que, por casamiento, se quedó en manos de los Orléans-Longueville, una rama bastarda de la casa real de Francia (1504-1707). De este período, destaca la figura de Felipe de Hochberg que empezó su carrera en la corte de Borgoña, bajo el ducado de Carlos el Temerario, para pasar después al servicio de los reyes de Francia. Bajo Luis XI y Carlos VIII desempeño cargos importantes, desde mariscal de Borgoña, y gobernador y gran senescal de Provenza hasta lugarteniente general del Languedoc. Gracias a sus méritos pudo casar a su hija, en 1504, con un príncipe de linaje real: Luis de Orléans.
Con excepción de un interludio de 17 años (1512-1529), durante el cual los cantones suizos mantuvieron Neuchâtel ocupado, con el pretexto de protegerlo (estaban en guerra con Francia), los Orléans-Longueville fueron los dueños del condado hasta 1707. Bajo su reinado, triunfó la Reforma, introducida por Guillaume Farel, en 1539, y el condado subió a rango de un principado, en 1648.
1707-1848: Neuchâtel llega a ser prusiano bajo los Hohenzollern
Cuando, en 1707, Marie de Nemours murió sin herederos directos, las cortes de Neuchâtel hicieron uso de su derecho de elegir a un nuevo soberano. Su mayor preocupación fue que la influencia francesa y, con ello, católica podría crecer demasiado – en un país con una población mayoritariamente calvinista. Por ende, ofrecieron la corona a un monarca que profesaba la misma creencia religiosa – al rey de Prusia, Federico I. Sin embargo, Neuchâtel nunca formó parte del Sacro Imperio, sino que estaba vinculado por una unión personal con la dinastía de los Hohenzollern. Durante 140 años fueron los dueños, con un breve intermedio francés entre 1806 y 1814. Tras el derrumbe del imperio napoleónico, en 1815, las grandes potencias, reunidas en el congreso de Viena para reorganizar Europa, devolvieron la soberanía sobre Neuchâtel al rey prusiano, permitiendo a la vez la adhesión del cantón al pacto de la Confederación Helvética.
Neuchâtel - Berlin - Neuchâtel
Como Berlín es también una de las ciudades presentadas en el portal de LatLon-Europe, como destino de especial interés turístico y cultural, es interesante dar una ojeada al lazo que tuvo Neuchâtel con la antigua capital prusiana, situada a mil kilómetros de distancia.
Varios lugares en Neuchâtel evocan recuerdos del período prusiano, como La Maison du Prussien o la gruta del río Doubs llamada “del rey prusiano” (Grotte du Roi Prusse) porque dos reyes la visitaron. Numerosos restaurantes y topónimos hacen referencia a Federico II, la universidad de Neuchâtel fue fundada, en 1838, con el apoyo de Berlín y, por si fuea poco, en el Museo Histórico de Neuchâtel se encuentran numerosos cuadros y otros objetos de aquellos tiempos.
En Berlín, las huellas históricas son más escasas. Llama la atención que ambas ciudades acogieron a un gran número de hugonotes refugiados de Francia. Además existían, en el barrio berlinés de Gesundbrunnen, un cuartel de soldados neuchâteleses y una colonia. Resulta que la ciudad estuvo obligada de mandar soldados y familias de colonos a Prusia para repoblar las tierras del reino que había quedado devastadas por las guerras y la peste. Hay también dos calles que llevan el nombre de Neuchâtel o Neuenburg (una, cerca del Museo Judío), aparte de algún personaje ilustre vinculado a Neuchâtel, como Emil Dubois-Reymond que fue fisiólogo y director de la universidad de Berlín.
1 de Marzo de 1848: Neuchâtel, un Cantón Suizo
Volvemos a la historia de Neuchâtel para recordar la historia del día más popular entre sus habitantes, el 1 de marzo, que también es día festivo en todo el cantón.
Desde siempre en contacto con la democracia de los cantones helvéticos, los neuchâteleses tomaron gusto de la autonomía política de la gozaban aquellos. Luego de una insurrección revolucionaria sofocada en 1831, triunfó la revolución republicana contra la monarquía el 1 de marzo de 1848. Encabezados por Fritz Couvoisier, los insurgentes se pusieron en camino desde Le Locle, en las montañas, para bajar hacia el Littoral y expulsar definitivamente a los prusianos. Aquí comienza la historia moderna de Neuchâtel. Alexis-Marie Piaget preside el gobierno provisional y, después, el primer Consejo de Estado, además de tener un papel importante en la redacción de la constitución y la legislación del nuevo cantón. En 1856, fracasa un intento de contrarrevolución, lo que lleva a la renuncia a todos los derechos sobre el cantón, por parte de la corona prusiana.
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